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viernes, 21 de julio de 2017

Las Crónicas de Ava - La mujer maravilla y el hombre incombustible en los cielos de Bilbao

La mujer maravilla y el hombre incombustible en los cielos de Bilbao
En Junio te mostré que hay lazos luminosos,
que te obligan a decir la verdad si te atrapan.
Te miraba y sentía satisfacción por poder hacerte retroceder a un tiempo,
en donde las amazonas aún cultivaban  las artes corporales encima de las espaldas de los caballos.

Entraba por Cantabria y los cielos se nublaron cuando empecé a visualizar las colinas de Bilbao.
Vuestra ciudad, vuestra jungla. 

Al llegar me hiciste subir 
a vuestro recién construido reino en los cielos de Bilbao.
Me sacudía el polvo de todos los mundos que quería agrandar,
y sin casi percibirlo,
en esos seis días,
vosotros agrandaste un poco más mi mundo.

Me preguntabas si quería ver monumentos,
y te respondía que lo que más me atraía conocer en las ciudades,
eran las personas.

Me aporto mucha motivación ver la ilusión con la que Ramón iniciaba una nueva andadura en su vida.
Cuando regresaba a casa escuchaba atentamente sus relatos,
veía sus ojos cansados, pero rellenos de nueva fuerza. 
Igual que el agua correa las piedras de un río,
sentí verdadera amistad hacia este hombre incombustible y luchador.

Los días sucedieron con largas y profundas conversaciones,
que reforzaron la psique y el corazón de ambos.

Y ese borrador en la mesa de la cocina,
con una historia que hablaba de una madre coraje.
Sospecho, que esa madre coraje,
reflejaba la propia actitud y fuerza positiva que tenia su autora.

Bilbao para arriba, Bilbao para abajo,
cuestas y bajadas por todas partes rodeadas de colinas.
Una semana que nunca olvidare,
ni a ti, ni a el.

@ Las Crónicas de Ava


jueves, 29 de octubre de 2015

Pelar emociones en mandarinas - VideoPoema De Las Crónicas de Ava - En la voz de: Fatima Diez




Pelar emociones en mandarinas

Niños, niñas de ultra mundo.
De este lado de la abundancia,
del otro lado de la escasez.
En ambos hemos pisado fondo.
Algunos más, otros solo con las puntas de sus dedos.

¡Hambre! Convócame otra vez a tu círculo para soñar
del olor de los panes recién hechos de madrugada
con las puertas cerradas, las calles vacías.
¿Sabéis que ya no creo el amor de palabras?
 ¿Sabéis que soy seguidor de la estaca con clavos,
de esa que rompe el día con coraje y miradas llenas de realeza?

Al bajar del bus piso suelo mojado,
lo beso para sentir mis pies parte del movimiento terrestre.
Estoy en este lado, el mío.
¿Donde esta el tuyo?
Os podría hablar de aquí hasta Tegucigalpa
de pelar emociones escondidas en mandarinas recién recogidas.
Esfuerzo, eso he mamado desde pequeño.
Sigo deseando abrazar. ¿A quien?

@ Las Crónicas de Ava